Hace unos meses mi hermana
comenzó con el entrenamiento de control de esfínteres de mi sobrino, pero
resulto muy frustrante al fracasar. Después de revisar la información que tenía
y los blogs sobre el tema, me di cuenta que no hay suficiente información para
que una hija de vecino lo haga con eficiencia. Por lo que en este artículo me
daré a la tarea de llenarle esos huecos que no explican en otros lados.
El entrenamiento de control de
esfínteres es como comúnmente se le llama a la retirada del pañal en los
infantes, lo que conlleva que acudan al baño.
Por lo que la primera fase de
entrenamiento es con el uso de horarios. Los adultos responsables checan los
horarios donde el menor hace pipi y popo, y lo llevan en esos momentos. El
método de horario también incluye acudir al baño entre cada hora y cada media
hora, y sentarlo en su bacinica un par de minutos. Si se es constante y se hace
con calma, el pequeño o pequeña aprenderá ese horario y se evitarán accidentes.
Se evitan salidas largas y antes de salir llevar al infante al baño.
Esperar que te avise pequeñito en
la primera fase es irreal y frustrante. A los dos años aún no están claros de
cómo se siente el tener ganas de ir al baño, y regularmente vemos que van
cuando tienen ganas de hacer popo, pero a veces ni eso.
De los 3 a los 4 años la madures
en el control de la uretra le permite al infante comenzar con la segunda fase,
donde puede avisar. Sabe la dinámica para ir al baño y si el adulto ha sido
constante ya es una rutina. Se ha dado cuenta que tiene la necesidad de ir al
baño después de comer y antes de salir de casa, observe cuando está llevando a
su pequeñin.
Otra cosa que no dicen es que es
la etapa donde están construyendo su independencia, aprenden a moverse por su
cuenta al caminar y subir escalones, desarrollan habilidades de autocuidado
como vestirse y desvestirse solos, es la famosa etapa del “yo solito”. Por lo
que veremos una oposición ante cosas que le impondremos, es importante recordar
que usted es la autoridad y en cosas como ir al baño o cambiarse al mojarse, no
es negociable. Con esto no queremos decir que le grite y lo violente, es más
practico buscar una estrategia que le funciones, si es una rutina el niño lo
aprenderá y lo hará sin mucho pleito, llévelo a la misma hora en el mismo
lugar. Trate que el baño y la bacinica sean agradables, a veces compramos
bacinica novedosa pero que al niño o a la niña no le gusta.
El mejor ejemplo es uno mismo,
anunciar que vamos al baño e invitar al niño o la niña es una estrategia que le
funciona a varios. Mostrará cómo se limpia uno, lavarnos las manos o con los
juguetes puede impulsar al infante a imitarlo.
En muchos artículos hablan de los
reforzadores, pero es un término especializado que a veces no se sabe su
significado. Los reforzadores es como se llama a consecuencias agradables para
propiciar la conducta, es conveniente que cuando el niño o niña acudan al baño
o avisen se les diga una felicitación o una porra. Evada los dulces para llevar al niño al baño,
o las promesas de comprarle algo después, le resultará caro y no es
conveniente.
En muchos artículos se puede leer
que se le recomienda no regañar ni gritar por los accidentes. Lo que no dicen
es que después de un día ocupado y para el tercer cambio de ropa por accidente
en diez minutos usted estará frustrada y enojada. Las emociones son algo
esperables y no es un problema, si usted tiene la posibilidad aléjese un poco
para respirar, para regresar a continuar con las actividades.
Es recomendable estar preparado
para los accidentes con varios cambios de ropa, al principio vera como aumenta
estrepitosamente la ropa sucia, con el paso del tiempo disminuirá.
En caso de que desee más apoyo o
sienta que continúa fracasando, es importante acercarse con un especialista,
puede ayudarlo y orientarlo mucho. En este caso el especialista son los
psicólogos infantiles o educativos, pediatras y educadoras, con trabajo
enfocado a niños de 1 ½ a 3 años.
Psic. Alina Garnica
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