En algún momento de nuestra vida
nos hemos sentidos que estamos solos en el mundo, nadie nos entiende y no
podemos contarle a nadie lo que nos pasa. Es muy común en psicoterapia tener
pacientes que solo desean hablar con alguien de cosas que no pueden conversar
ni con amigos ni con familiares, o simplemente no tiene con quien hacerlo. Pero
¿realmente podemos estar solos en un mundo con tantos millones de personas?
La respuesta es tristemente sí.
Los seres humanos nos asociamos en familias, grupos o sociedades para
sobrevivir, nos dan protección, apoyo, cuidado y se divide el trabajo
permitiendo desarrollar tecnología que nos hace la vida más fácil. Pero para
ser sociales tenemos que aprender y desarrollar habilidades sociales, que a
veces no es tan fácil. Este mundo tiene muchos tipos de personas con las que nos podemos encontrar a diario, gente simpática, agresiva, desagradable, pláticadora, entre otras.
En una ocasión que regresaba de
la escuela y estudiaba en el metrobus
para un examen, un chico se sentó a mi lado y comenzó a hablarme, yo
estaba más preocupada por estudiar que por hablar con él, así que el chico
cambio de lugar, pero al parecer tampoco conversaron con él porque cambio por
una segunda vez junto a una señora con la que platicaba cuando yo lo vi.
Concluyo que deseaba hablar con alguien y cambio de lugar hasta encontrar a
alguien.
Cuando comenzamos en nuestras
vidas tenemos nuestros primeros contactos sociales con nuestra familia, con una
madre cuidadosa y amorosa nos relacionaremos diferente que con una madre
violenta y desagradable, los bebes de la primera tienden a ser más tranquilos y
menos llorones, y de la segunda será esperable que sean más lloroncitos.
Después de la madre vienen el resto de la familia, padres, abuelos, abuelas,
tíos, tías, etc. Personas con las que nos relacionaremos y aprenderemos de cómo
se relacionan entre ellos. A veces convivimos con hermanos y primos, pares con
los que comenzamos a practicar nuestras habilidades sociales. El problema viene
cuando nuestra familia, ya sea una parte o toda, tiene deficiencia en las
habilidades sociales, pueden entablar relaciones entre ellos de manera violenta
o no hablarse aunque vivan juntos. De la familia aprendemos las bases, y si las
bases son malas el edificio tarde o temprano se irá en picada. Se cree que los
niños o niñas ya tiene características propias desde que nacen, esto es en
parte cierto, pero es muy común ver niños pláticadores junto a una madre
pláticadora, y niñas violentas junto a padres violentos, niños y niñas que
aprenden habilidades sociales de sus padres y madres.
Lo bueno es que tenemos más
interacciones sociales que nos permite aprender o desarrollar habilidades, la
escuela y los amigos. En la escuela nos encontramos con un adulto, que si no va
bien es una persona responsable y comprometida que nos puede adorar y enseñar
más cosas que el temario establecido, que hay adultos que nos miran y nos aprecian; pero si nos va mal nos encontramos con un
adulto desgraciado que nos fastidiará la
vida, casi todos tenemos una combinación de los dos tipos. Por otro lado están los
amigos y compañeritos, que como en casos anteriores pueden beneficiarnos mucho
y jodernos la vida. Muchos niños que se aíslan
son por qué de casa no han aprendido habilidades sociales, pero a veces es una
defensa al ser la escuela tan violenta y desagradable. Yo recomiendo que si ve
a su hijo asilado y le preocupa acuda con un especialista, un psicoterapeuta de
niños o taller de habilidades sociales.
Cuando uno es adolescente es cuando las características sociales se
hacen más patentes, por fortuna aún podemos seguir aprendiendo en caso de
desearlo.
Desafortunadamente es cuando ya
somos adultos que nos damos cuenta que estamos solos en el mundo, nos podemos
hablar con nadie y nos cae gordo ir a actividades familiares. Si lees este
artículo es bastante probable que me conozca o que te haya sentido solo, o las
dos. Ya que descubrió que su problema es deficiencia en habilidades sociales puede
buscarlo por Internet, contactar un especialista o leer nuestro artículo de la próxima
semana de habilidades sociales, o las tres yo no lo limitare.
Con una calurosa despedida les
deseo una bonita semana.
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