martes, 9 de enero de 2018

Tolerando al prójimo.

Al ser seres sociales los seres humanos convivimos con una gran cantidad de gente, algunos nos agradan y otros los queremos matar. Últimamente nos bombardean sobre la tolerancia y el respeto. ¿Pero acaso debemos tolerar todo? En este artículo intentare resolver esta incógnita.


La mayoría de nosotros con los primeros que convivimos son con nuestras familias, de ellos aprendemos a relacionarnos, cosas prácticas y costumbres, entre otras muchas cosas. Es la familia también la que nos enseña sobre respeto y tolerancia, que es lo que se soporta callado y por qué salir a luchar. La gran mayoría de los miembros de la familia está de acuerdo en muchos de estos temas, no obstante, siempre sale el frijol del arroz y puede ser uno o varios miembros que opinan diferente por diversas razones, puede ser desde el miembro que pertenece a la minoría discriminada (homosexual), tiene un mayor nivel educativo o incluso fue a un tratamiento psicológico.

Regresando a lo planteamos al principio, ¿es conveniente aguantar todo? La respuesta es no. Muchas cosas y comportamientos es importante respetarlos aunque no estemos de acuerdo porque no dañan a nadie. Pero en caso de que dañen a nosotros mismos o a otro grupo no es conveniente el aceptarlo. Parece una incongruencia el no tolerar a los intolerantes, pero de ello depende nuestra propia libertad.

Durante mucho tiempo grupos que se consideravan superiores han intentado deshacerse de los grupos “indeseables”, esto es en parte una cuestión política de poder y otra de no pensar como el otro. Se han dado luchas y muchas discusiones sobre el tema de quien tiene derecho a que, es complicado ya que parece que para cada derecho que se exige sale otro grupo diciendo que no se lo merecen, sin embargo, es fácil decir que no le den ese derecho cuando tú lo tienes.

En las relaciones cotidianas también se dan fenómenos de tolerancia e intolerancia, soportar las tarugadas del prójimo es más complicado de lo que los libros de tolerancia nos hicieron creer. Volviendo a lo planteado antes es importante tolerar algunas ideas que aunque no estemos de acuerdo no dañan a nadie, creer en el chayote milagroso es un derecho que el otro tiene, pero si en sus creencias incluye cortarme una mano no debe ser tolerado, ya que está dañando mi integralidad. El tema es complicado y nada simple de resolver.

Como mencione antes el tolerar las creencias del otro que no dañen la integridad de terceros es algo que considero bastante buena idea, pero me molesta en demasía cuando el otro no hace lo mismos, no obstante es algo deseable pero no obligatorio, generalmente les dijo que si yo respeto sus creencias lo menos que pido es lo mismo. Pero a los que no tolero y me disgusta mucho son aquellos que van a tu casa a molestarte para meterte su religión por la garganta, no por su religión sino porque van a mi casa a fastidiar.

Tratemos de respetarnos y tolerarnos, a menos que dañen a terceros.
Si usted tiene mayores problemas con esto, no se preocupe asista a terapia y lo ayudaremos.

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Psic. Alina Garenica.

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