Durante mucho tiempo me pregunte
porqué la gente a pesar de quejarse por la situación, en el momento que se
tenía que hacer algo era incapaz de moverse. Hasta que conocí el termino
Indefensión Aprendida, es el termino ocupado para explicar cómo aprendemos a
que no hay salida a los problemas. En una investigación (Seligman, 1975), colocaron
a un perro en una cámara donde la
mitad
del piso estaba electrificada, cuando sonaba un tono se daba corriente a la
zona electrificada, lastimando al perro, al principio el perro podía huir a la
zona sin electrificar, posteriormente se cerró la zona electrificada evitando
que el perro escapara, a continuación se volvió a abrir la zona sin
electrificar para que el perro pudiera escapar, pero el perro a pesar de tener
una opción ya no se movía de la zona electrificada. Como el perro aprendemos
que nuestra situación no tiene solución y ya no nos movemos.
No obstante, la cosa es peor, en
otro experimento a un grupo de monos en una habitación se les coloco en un
poste alimentos, pero cada vez que uno de los monos intentaba tomar el alimento
se le daba un estimulo desagradable a todo el grupo, después de un tiempo los
monos que intentaban tomar el alimento eran agredidos por los otros monos. Como
el siguiente paso de la investigación se cambio paulatinamente a los miembros
del grupo hasta que ya no había monos del grupo original, y la conducta de
agresión al mono que intentaba tomar el alimento continuaba pese a que ninguno
de los monos del grupo sabia porque.
¿Les suena conocido? Es
exactamente lo que nuestra sociedad vive en la actualidad, gente quejándose
pero sin moverse, trasmitiéndole a las generaciones nuevas la misma actitud. Claro
como en muchos otros fenómenos psicológicos y sociales, pueden atribuirse más
factores que interactúan.
En lo personal he tenido algunas
situaciones desagradables por alzar la voz, pero no es un impedimento para que
yo continúe luchando por lo que creo justo, ya que los beneficios sin lugar a
duda rebasan lo desfavorable. Pero qué hay de diferente en mi en comparación a
las demás personas, es simple una vez que entendemos la indefensión aprendida,
cuento con antecedentes familiares de gente que ha luchado por lo que cree que
es justo, y es precisamente de ellos que aprendo que si algo anda mal es
importante luchar por cambiarlo. La
lucha en muchos casos ha sido solitaria, pero poco a poco de las sombras salen
más y más voces que están dispuestas a hacer un cambio verdadero.
En muchos medios de comunicación
repiten incansablemente que no es posible hacer algo, pero existen muchas
historias que nos dicen lo contrario. Las investigaciones de indefensión
aprendida también están encontrando posibilidades para revertir esto, el tener
el control de una situación y poder resolverla con eficacia nos da un ejemplo
vivido y claro que podemos cambiar las cosas. El primer paso es levantar la
voz, quéjese de lo que está mal, no en las redes sociales ni con la vecina, en
el lugar de su disgusto ya sea restaurante, hospital o servicios de Internet,
quien no habla Dios no escucha.
El siguiente paso es organizarse
y no aceptar menos, continúe quejándose y divulgue lo que consiguió con ello.
Yo obtuve el doble de velocidad de Internet de lo que le dan a mi delegación,
un servicio de excelencia en hospitales públicos y no pagar un solo peso de
cuotas escolares en las escuelas públicas a las que asistí. Ponga las quejas
por escrito y pida firma de recibido, podrán ignorarlo de palabra pero con un
documento tiene la obligación legal de dar una respuesta. Por último manténgase
en lucha toda la vida, es fácil luchar cuando no se tiene ya nada que perder y
mucho que ganar, pero antes de llegar a ese punto ¿Por qué no hacer algo?
Por último evite menospreciar la lucha
de los demás, es muy frecuente que los medios de comunicación y la sociedad
digan que son solo gente conflictiva, arguendera y peleonera, pero al final son
ellos los que han causado cambios importantes en la mejora de nuestras vidas,
sino recuerde los beneficios que obtuvo México de un grupo arguendero de
revolucionarios.
Esta en usted enseñar a las
nuevas generaciones la indefensión aprendida o que se puede hacer algo.
El éxito no lo tiene el que lo
merece sino el que lo sabe pedir.
Psic. Alina Garnica
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