Muchos de nosotros cuando oímos la palabra disciplina nos
imaginamos a un padre con una barra golpeando a un niño que se porto mal. Pero
eso no es la disciplina, en realidad eso es violencia y puede ser efectivo al
principio pero a la larga dejara de surtir efecto y convertirá a ese niños en
ejecutor de violencia a su vez.
Cuando hablamos de disciplina con amor, nos referimos a
enseñar límites claros y razonables para que nuestros hijos e hijas no se
lastimen. Evitar que se lastimen es una tarea que nos corresponde como padres y
madres, al decir a un pequeño que no toque la olla de la estufa que esta
hirviendo y lo puede quemar, lo que hacemos es protegerlo de algo que sabemos
que le hace daño. Los limites funcionan para que no se haga daño, este bien,
sea autosuficiente o que sea un buen miembro de la sociedad.
Para comenzar con la disciplina primero debemos dejar las
reglas claras, nuestro hij@
sabrá que se espera de su comportamiento, también las consecuencias que tendrán
en caso de no cumplir. Las reglas son generales y se aplican a todos los
miembros de la familia, recuerde que la mejor forma de enseñar es con el
ejemplo.
La mejor recompensa para los niñ@s es la atención, cuando nosotros le prestamos atención al mal
comportamiento en realidad estamos provocando que se repita, por lo que debemos
enfocarnos en los comportamientos adecuados.
Prevenir es mucho mejor que corregir, por lo que prepare las
cosas para evitar que suceda esos malos comportamientos, un niñ@ sin nada que hacer será más fácil
que se le ocurran barbaridades, por lo que cargue con usted un juguete, libro
para colorear o algo con que su hij@
se distraiga. Esto es efectivo en viajes, visitas al médico, fiestas, etc.
Sea consistente, haga
siempre lo mismo ante la misma situación, esto le brindara seguridad a
su hij@.
En caso que tenga que imponer un castigo trate de que sea en
privilegios, ver tv, tiempo de juego frente a la computadora, escoger el cereal,
dulces, etc, cosas que no son necesarias. Evite castigos que son tortura al ser
necesidades básicas, no darle comida (vete a la cama sin cenar), prohibirle
dormir o ir al baño; o castigos que pueden afectarlo de algún modo como encerrarlo en un cuarto pequeño.
Dele responsabilidades de acuerdo a su edad, comience a
hacerlo responsable de sus propias cosas y el orden de las misma desde que es
pequeño, para que de mayor lo haga sin problemas. También inclúyalo en
responsabilidades de la casa, no como una ayuda, sino como parte de sus obligaciones con la familia, levantar los
trastes y lavarlos, limpiar una área de la casa, barrer o trapera, ¡aguas no es
la sirvienta o el mayordomo!, todos los miembros de la familia deben participar. Lo ideal es que
cuando se llegue a alrededor de los 14 años el adolescente ya sea responsable
de lavar toda su ropa (también la de cama y sus cortinas), ordenar su espacio
(cuarto), colaborar con la casa, esto le permitirá realmente ser independiente
cuando sea mayor. Si usted comienza cuando es niño, le será más fácil darle
mayores responsabilidades mientras crece. Un gran error es comenzar con las
responsabilidades cuando se es adolescente el hij@, lo retara y será muy frustrante para usted.
Al dar
instrucciones es importante asegurarse que el menor lo esté escuchando, diga su
nombre para que sepa que se dirige a él, de una instrucción a la vez (mientras
más corta y sencilla será más fácil de recordar) y pida que le repita la
instrucción. También funciona en adultos.
Psic. Alina
Garnica
Nota: Muñecos de la marca Playmobil con uso solo ilustrativo.
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